"..."
El segundo planeta estava habitado por un vanidoso.
-Ah! Ah! ahí está la visita de un admirador- gritó de lejos el vanidoso apenas vió al principito.
Para los vanidosos todos los demás, són admiradores.
-Buenos Días- dijo el pequeño principe - ¡Que extraño sombrero llevaís!
-Es para saludar- le contestó el vanidoso- Es para Saludar cuando me aclaman, pero desfortunadamente nunca pasa nadie por aquí...-
-Ah si?- dijo el pequeño principe que no entendía.
-Aplaude- dijo el vanidoso.
El principito aplaudió y el vanidoso saludó con modestia y levantó el sombrero.
-Es mas divertido que la visita al rey!- se dijo el principito, y comenzó a aplaudir. Y el vanidosó volvió a saludar levantando el sombrero.
Después de cinco minutos de este ejercicio, el pequeño principe se cansó de la monotonia del juego.
-Y que hay que hacer?- preguntó - por que el sombrero?
Pero el vanidoso no le entendió. Los vanidosos sólo entienden de alagos.
-Me admiras mucho, verdad?- preguntó el pequeño principe.
-Que significa "admirar"?
-Admirar significa que reconoces que yo soy el hombre mas bello, mas elegante, mas rico y mas inteligente de todo el planeta!-
-Pero eres el único habitante del planeta!
-Hazme este favor. Admirame igualmente!
-Te admiro- dijo el pequeño principe, alzando un poco la espalda- ¿...pero para que sirve?
Y el pequeño principe se fué.
Decididamente los grandes son muy extraños, se dijo con simpleza a si mismo, durante el viaje.
·
Antoine de Saint-Exupéry
·
0 comentarios:
Publicar un comentario